martes, 15 de diciembre de 2009

Concierto: The Sonics. Heineken.

Ver a los Sonics fue un placer y resulto curioso afrontar los golpes directos que envueltos en canción fueron lanzandos por unos viejos garajeros que siguen unidos al espíritu salvaje de la juventud.
La imagen de los Sonics siempre ira ligada al estilo de vida púber. Mucho más evidente en ellos a pesar del peso del tiempo, que en otros grupos que ya huelen a formol.
Desde el minuto cero y con pulcra definición comenzó un desfile de himnos que inundo de energía, músculo y gargantas al limite una Heineken abarrotada.

El show, a pesar de no llegar a la hora y media, estuvo a un nivel de matrícula y no dejo ni un pero en los labios. Cada mueble en su sitio: Protopunk, rock and roll añejo y cierto olor a surf aunque solo fuera de refilón. Por supuesto garaje y todo ello sin desentonar, sin dejar hueco a la posible parodia de si mismos que en la cabeza de más de uno podria planear. Al contrario su vejez no chirria, lejos de caricaturizar el mensaje de su música, lo acerca conviertiendolo en un sincero y desgarrado grito. Somos Los Sonics, somos psychos, estamos vivos y si no estas preparado para escuchar esto mejor vete a oir a los Beatles.

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