Buff, otra niña mona que pereza. Primer pensamiento al ver las fotos promocionales de Best Coast. El grupo liderado por Beathany Cosentino (ella es la niña mona). Aun así hago el esfuerzo leo un par de entrevistas y mi estima hacia Best Coast empieza a engordar, todavía sin escuchar ni una sola canción de "Crazy for you", su disco de debut. Decido dar el paso. Hago click, suena “Boyfriends” y entonces todo cobra sentido, todo es más sencillo. En voz alta expreso; esto es un refresco en la playa. Segunda canción "Crazy For you", llevo solo dos cortes y ya tengo claro que el disco me lo compro. A veces hay que admitir que las cosas son faciles y punto. El disco sigue fluyendo sin abandonar la sensación de estar tumbado en la arena sintiendo el frio de la tarde. La quinta, “Summer Mood”, estimula mi memoria y vuelvo a expresar, esta vez solo en mi cabeza, a She & Him les habría encantado grabar este disco aunque nunca lo admitirán. Llega el momento de” When The Sun Don´t Shiene” la más evocadora del disco, consigue dejar un sabor agradable que se alargan incluso cuando termina de sonar “Bratty B”. Se acerca el final y todavía quedan razones para formar parte del grupo de amigos que escuchan a Best Coast. Primera razón: “Happy”, si te crees un dj de los guays ya puedes ir aprovechando el minuto cuarenta y cinco de felicidad que te ofrece Cosentino, sino es posible que sigas encerrado en el bucle Strokes toda tú vida. Segunda Razón: “Each & Everyday”. Dos canciones en una y todo sin llegar a los tres minutos. Tercera Razón: “When I’m whith you”. Es la píldora final con una batería que parece marcharse pero que nunca termina de huir. Definitivamente Best Coast me recuerdan a Scarlett Johansson cuando molaba y era simpática. 
Sus fotos nos gustan por captar los momentos que en alguna ocasión todos hemos vivido. Son cotidianas, noctámbulas, a veces feas y a veces sucias. Desprenden amor y sexo del que solo se puede compartir. Lo bueno de Sandy es que no se corta un pelo consiguiendo acercar la magia de lo sencillo a los ojos que observan sus instantaneas. Sabe sacar el lado sexy de todo aquello que enfoca despertando nuestro alter salvaje con el que eres capaz de romper los leotardos a tú chica y los calzoncillos a tú chico y además repartiros moratones.
Su campo de trabajo es su día a día: amigos, sus ciudades con sus ciudadanos. Nada de abstracciones y psicodelia. Evita la complejidad reforzando lo explícito en busca de captar el instante único e irrepetible. Fuera artificios. En ocasiones resulta tan cristalina que tenemos la percepción de observar las fotos de cualquier amigo en una noche de borrachera inmunda. Sandy Kim nos mola porque enseña sangre, flores, tetas y novios ¿ Y que seria la vida sin estas cosas?
Somos animales demasiado obedientes con el olfato violado por colonias perversas capaces de taparnos el verdadero camino de los olores que importan (piel, cabello, sexo, corazón..). Sandy Kim y sus fotos nos recuerdan que aún estamos a tiempo de seguir vivos.
