Con el primer disco de Los Punsetes-“Los Punsetes” (Grabaciones Grabafónicas2008)- ocurre que todo encaja. Su discurso resulta tan cotidiano y reconocible que enseguida engancha. Desde que empieza a sonar “Fondo de armario” con la que abre el disco ya te sientes como en casa. El álbum respira un aire amater que envalentona el valor de las canciones. Y la ecuación es exacta, en ocasiones gracias a melodías medio oscuras y humor de sentido único en las letras: óigase “muerte en el escorial” y “Maricas”; y otras veces por el desparpajo pop que se marcan en temas como “Fin del Mundo” o “Accidente”.
Los Punsetes aciertan en su misión de decir lo que quieren con las palabras adecuadas para que todos lo entendamos y así juguemos a construir escenas mentales. Una por canción. Tal vez el encanto de esta banda reside en la descripción de los protagonistas que inundan su canciones y en su sonido cómodo para el oído. Al escucharlos me viene a la cabeza dos bandas: Ilegales y La buena vida, ambas en sus primeros momentos. Se antojan antagónicas entre ellas, pero de alguna forma se dan la mano en Los Punsetes. Al menos así lo veo yo, aunque es posible que no sepa muy bien que estoy escribiendo.
Lo mejor será volver a poner el disco de Los Punsetes.
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