miércoles, 19 de noviembre de 2008

CONCIERTO: PAUL WELLER EN LA RIVIERA


A Paul Weller le tengo cariño. Mi primer contacto con su música fue a través del álbum “Live wood”, disco que recogía su gira por Inglaterra presentado su celebrado Will Wood. El disco lo trajo mi hermano de Londres, el se había quedado colgado con un directo que dio el la ya desaparecida Aqualung. Si no me equivoco la primera vez que Weller visitaba Madrid.

Con el tiempo para mi hermano perdió cierto énfasis en sus trabajos, mientra yo me convertí en un fan incondicional. El me cae bien, poca gente sabe pisar un escenario como Weller, muy soul.
Sus canciones son verdaderas lecciones de estilo, matices perfectos que se viste con selecta elegancia. Un tipo con clase, el mod al que todos quieren parecerse. Un guapete como dice Lola.

El pasado 18 de octubre estuvo en Madrid. Su segundo concierto en esta sala. El primero, después de su paso por el fib, no estuvo tan bullicioso de gentío, aunque el volvió a dar una lección.

En esta ocasión la Riviera rebosaba de público dispuesto a disfrutar de las canciones de “22 dreams”, lo último de Weller. Pero también de su amplio repertorio y porque no de algún recuerdo a los Jam. El y su banda no defraudaron, a dosis de calma le acontecían otras de refrescante tormenta. De la guitarra al piano con premura, sin pausa. Alargando buena parte de sus temas para alzarlos al adjetivos de soberbios. Sin perder su percha, su carisma y siempre fumando.

Regalo dos bises, el último para tocar That’s Entertainment(la segunda de los Jam que se hacia), con la gente enloquecida. Buenos tiempos aquellos, debieron de recordar unos cuantos.

Al final la banda unida, reverencia al público y Weller llevándose el puño al corazón en señal de afecto. Esta claro, pocos saben tanto a los 50. Ni los chavales se saben mover como el. Muy soul.

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