miércoles, 19 de noviembre de 2008

OPINANDO: NUEVOS TIEMPOS




Hace poco escuche un comentario en un programa de radio sobre Amy Winehause que reconozco me encendió. El periodista dijo algo parecido a que la tía era lo más importante que había ocurrido en la música en la última década. Encumbrándola como la nueva diva del soul. Vaya con los cojones del tipo, pensé.

Un par de meses después leí una de crítica de Kiko Amat sobre dos reediciones de Aretha Franklin-“Arheta Arrives” (1967) y “Let Me in Your Life”(1974)-. En ella Amat dio una lección reducida (por el tamaño del texto) pero magistral de lo que debe ser entendido como soul. Por fin alguien sensato deja las cosas claras.

Si bien Amy Winehause a causa de su vida azarosa y difícil reúne suficientes cualidades para forjar leyenda. Esta lejos de ser una diva de soul, ni nada demasiado importante. Tiene alguna buena canción, un soberbio homenaje a los Specials (ahora en formato 7”) y buen gusto en sus referentes musicales. Pero que sea canalla, atormentada y mujer tradicional en lo que el amor se refiere, no la convierte en una dama del soul. No hay que confundir al personal, el soul es otra cosa. Se toca con el corazón, se sufre y duele tanto que a veces solo se puede bailar.

Si pensamos que el genero renace gracias a los disco de Amy Winehause o Duffy andamos jodidos. Pocos estilos se han mantenido tan intactos y limpios como el soul. Que artistas tan impecables, tan respetuosos, tan elegantes. La historia de la música negra es preciosa y reveladora. La debemos mucho, yo diría que todo. Desde el comienzo del rock y su posterior desarrollo, hasta el tecno primitivo de Detroit o el primer House.

Oir a Duffy o Amy Winehause puede estar bien, no hay problema. El peligro aparece cuando nos olvidamos de lo que realmente estamos escuchando y los medios que conocemos como profesionales lanzan con descaro información liviana, sin nada de rigor. En la actualidad existen artistas que se rompen el culo haciendo soul y funk del bueno que no tienen ni un minuto en ninguna radio o televisión. Gente que si encarna el verdadero espíritu, manteniendo el respeto que se necesita para crear soul.

A los tipos de la radio nunca les he oído decir nada de los Diplomats of solid sound , ni de Baby Charles, ni del último disco de Sharon Jones. Tampoco nada de Carlo Coupe, ni Glen Anthony Henry, ni de los Sweet Vandals. Donde está Eli "Paperboy" Reed, el si es un señor de verdad.

Supongo que es mas fácil convertir en un referente a alguien que vende millones de discos llevando los brazos bien tapados con tatuajes y una vida complicada, o por su cara de no haber roto un plato en la vida. Ellas no tiene la culpa, solo son parte del juego. Por eso no serán nunca soul. Esta música no es carnaza, no es tendencia. De ahí su grandeza.

Como escribe Kiko Amat vivimos tiempos de Amy Winehause. Ya veremos cuanto duran.

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